Descubriendo el kratom: seguridad, efectos y proceso de desintoxicación

El kratom se ha vuelto cada vez más popular en los Estados Unidos, donde a menudo se promociona como una opción natural para aliviar el dolor, mejorar el estado de ánimo o facilitar la abstinencia de opiáceos. Pero, a pesar de su origen vegetal, esta sustancia conlleva riesgos importantes que muchos desconocen. Desde efectos impredecibles hasta una posible adicción e interacciones peligrosas, es fundamental comprender la verdad que se esconde tras el kratom, especialmente para quienes lo consumen sin supervisión médica.
Este artículo analiza qué es, su situación legal, cómo afecta al organismo y por qué es crucial una desintoxicación adecuada de kratom para cualquier persona que sufra dependencia.
¿Qué es el kratom?
El kratom (conocido científicamente como Mitragyna speciosa) es un árbol tropical originario del sudeste asiático y perteneciente a la familia del café. Tradicionalmente, sus hojas se masticaban o se preparaban en infusión para aumentar la energía y la resistencia. En Estados Unidos, su atractivo ha cambiado; ahora mucha gente utiliza el kratom para mejorar el estado de ánimo, controlar el dolor crónico o autotratarse la abstinencia de opiáceos.
Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el kratom contiene dos compuestos psicoactivos principales, la mitraginina y la 7-hidroximitraginina. Estos compuestos actúan sobre los receptores opioides del cerebro, produciendo efectos estimulantes en dosis bajas y efectos sedantes u opioides en dosis más altas. Debido a esto, el kratom tiene el potencial de causar dependencia psicológica y física, síntomas de abstinencia y, en algunos casos, efectos psicóticos.
¿Legal o ilegal? ¿Seguro o perjudicial?
El kratom se encuentra actualmente en una zona gris en la política sobre drogas de los Estados Unidos. Aunque es legal en la mayoría de los estados, sigue sin estar regulado a nivel federal. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no ha aprobado el kratom para ningún uso médico y no permite que se comercialice como medicamento, suplemento dietético o aditivo alimentario. Esta falta de supervisión significa que no existen pruebas estandarizadas para determinar su pureza, potencia o contaminación.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) intentó clasificar temporalmente el kratom como sustancia de la Lista I en 2016, alegando la necesidad de prevenir «un peligro inminente para la seguridad pública», pero revocó la decisión tras la presión pública. Aun así, las preocupaciones siguen ahí. En abril de 2023, varios estados (entre ellos Alabama, Arkansas, Indiana, Rhode Island, Vermont y Wisconsin) habían tomado medidas para prohibir totalmente el kratom, mientras que otros países, como Australia y Malasia, también han prohibido su uso. La falta de regulación federal deja a los consumidores en una situación vulnerable. Los productos comercializados como «naturales», «puros» o «terapéuticos» pueden variar drásticamente en su composición, lo que hace que sus efectos sean impredecibles y, en ocasiones, peligrosos.
¿Cómo se consume el kratom?
Los consumidores suelen tomar el kratom en forma de polvo, cápsulas, mezclado con bebidas o preparado como infusión. Sin embargo, algunos lo fuman o lo combinan con otras sustancias, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y posibles peligros. Muchos consumidores en los Estados Unidos afirman tomar kratom para controlar el dolor crónico, aumentar la energía, mejorar el estado de ánimo o aliviar los síntomas de abstinencia de opiáceos sin supervisión médica. Sin embargo, este uso autodirigido puede conducir a patrones de dependencia y abstinencia similares al abuso de opioides. Entre 2014 y 2019, los centros de control de intoxicaciones de EE. UU. registraron más de 3400 informes relacionados con el kratom, incluidos casos de hipertensión arterial, confusión, convulsiones y varias muertes.
¿Qué efectos tiene el kratom en el organismo?
Debido a que sus compuestos activos se unen a los receptores opioides, los consumidores pueden desarrollar tolerancia, dependencia y síntomas de abstinencia, aunque el kratom se comercializa a menudo como una alternativa más segura a los opioides recetados. Los efectos del kratom dependen en gran medida de la dosis. Esto significa que, en dosis más bajas, los consumidores suelen experimentar un aumento de la energía, el estado de alerta y la sociabilidad, mientras que las dosis más altas pueden provocar sedación, alivio del dolor y efectos similares a los opioides más pronunciados.
Mayo Clinic reporta de que el kratom se asocia a una serie de efectos adversos, entre los que se incluyen
- Náuseas y vómitos.
- Picor o sudoración.
- Boca seca y estreñimiento.
- Aumento de la micción.
- Taquicardia.
- Pérdida de apetito y pérdida de peso.
- Insomnio.
- Alucinaciones, delirios y otros síntomas psicóticos
También se han documentado efectos más graves, como hepatotoxicidad (lesiones hepáticas), convulsiones y problemas respiratorios. Se ha descubierto que algunos productos de kratom contienen metales pesados como el plomo, así como bacterias nocivas, entre ellas la salmonela, que la FDA ha relacionado con múltiples hospitalizaciones y muertes. El consumo de kratom durante el embarazo también plantea riesgos importantes, ya que los recién nacidos muestran síntomas de abstinencia que requieren tratamiento médico.
Adicción, sobredosis e interacciones con otros medicamentos
Antes de profundizar en los riesgos específicos, es importante reconocer que los efectos del kratom pueden variar mucho de una persona a otra, en gran parte porque el producto en sí no está regulado. Las diferencias en la dosis, la pureza y los factores de salud individuales pueden hacer que la experiencia sea impredecible y, en algunos casos, peligrosa. Esta imprevisibilidad también desempeña un papel importante en los retos que plantea la desintoxicación del kratom. Teniendo esto en cuenta, hay tres preocupaciones principales que destacan constantemente a la hora de evaluar el consumo de kratom.
1. Alto potencial de adicción.
Debido a que el kratom actúa sobre los receptores opioides, la dependencia puede formarse rápidamente. Los síntomas de abstinencia se asemejan a los de la abstinencia de opioides y pueden incluir:
- Deseos intensos
- Dolores musculares
- Náuseas o vómitos
- Ansiedad o irritabilidad
- Insomnio
2. Riesgo de sobredosis
A pesar de estar etiquetado como «natural», el kratom puede provocar una sobredosis. Los síntomas pueden incluir:
- Lesión hepática
- Psicosis
- Convulsiones
- Taquicardia (frecuencia cardíaca rápida)
- Alucinaciones
- Pérdida de conciencia
Los productos no regulados aumentan la probabilidad de contaminación, fluctuaciones de potencia y efectos secundarios peligrosos.
3. Interacciones peligrosas con otros medicamentos
El kratom puede interactuar con medicamentos recetados, drogas recreativas e incluso algunos suplementos a base de hierbas. Las posibles consecuencias incluyen:
- Daño hepático
- Depresión respiratoria
- Complicaciones cardíacas
- Convulsiones
Dada la escasa investigación disponible, aún no se conoce el alcance total de las interacciones entre medicamentos, pero los riesgos son significativos.
Lo que hay que saber sobre la desintoxicación del kratom
Para las personas que se han vuelto dependientes del kratom o están pensando en dejar de consumirlo, es fundamental comprender el proceso de desintoxicación. La abstinencia del kratom puede ser impredecible y la experiencia suele variar significativamente de una persona a otra. Dado que la sustancia afecta a los receptores opioides del cerebro, el cuerpo puede reaccionar de forma intensa cuando el consumo de kratom cambia o se interrumpe de forma repentina.
Los profesionales médicos hacen hincapié en un punto clave: no se debe dejar el kratom de golpe. La abstinencia puede parecerse a los síntomas que se observan con la interrupción del consumo de opioides, lo que hace que la desintoxicación bajo supervisión médica sea el enfoque más seguro y cómodo. En algunos casos, se puede considerar el uso de medicamentos como la buprenorfina o la buprenorfina-naloxona, que se utilizan normalmente en el tratamiento de la adicción a los opioides, para ayudar a controlar las ansias intensas o la dependencia durante la desintoxicación supervisada.
Un programa de desintoxicación estructurado ofrece:
- Supervisión médica para gestionar la abstinencia de forma segura.
- Apoyo farmacológico, cuando sea necesario.
- Atención emocional y psicológica.
- Un plan de recuperación a largo plazo que aborde el dolor, el trauma o la adicción subyacentes que llevaron al consumo de kratom.
La etiqueta «totalmente natural» del kratom puede ser engañosa. Aunque se trata de un producto derivado de una planta, sus efectos psicoactivos, su potencial adictivo y la falta de regulación lo hacen lejos de ser inofensivo. Comprender estos riesgos es esencial para cualquier persona que consuma o esté considerando consumir kratom, especialmente para el autotratamiento. Para aquellos que experimentan dependencia o abstinencia, buscar ayuda en una clínica con experiencia que ofrezca desintoxicación de kratom es el camino más seguro y eficaz hacia la recuperación. Nadie debería afrontar la abstinencia de sustancias solo, y con el apoyo adecuado, la cura a largo plazo es absolutamente posible.
